¿Inventó De Beers la historia de que los ópalos traen mala suerte?

Los ópalos, aunque majestuosos, están rodeados de un pasado misterioso, plagado de mitos y especulaciones. Muchos han oído hablar de la creencia de que los ópalos traen mala suerte y desgracia. Quienes creen en esta teoría también atribuyen esta superstición a De Beers, la famosa compañía que convirtió al diamante en un icono. ¿Los ópalos traen mala suerte o se trata de una conspiración para disminuir su valor? ¿Qué tan cierto es que De Beers creó la historia de que los ópalos traen mala suerte?

¡Abróchense los cinturones y prepárense para un viaje apasionante a través de uno de los debates más polémicos de la industria de las piedras preciosas! Pero primero, un poco de contexto.

¿De dónde provienen los ópalos?

La primera documentación sobre los ópalos señala a Kenia como el origen de estas gemas. Descubiertos por el prodigio de la antropología, Louis Leakey, el primer encuentro con los ópalos tuvo lugar en una cueva keniana alrededor del año 4000 a. C.

Aunque se descubrieron en Kenia, muchos investigadores y expertos sospechan que los ópalos son originarios de Etiopía, país que limita con Kenia al norte. Posteriormente, se descubrieron ópalos negros en Australia.

Supersticiones sobre el ópalo: ¿Son los ópalos un símbolo de mala suerte?

Existe una teoría muy extendida sobre los ópalos y la supuesta maldición que acompaña a quien los lleva. Bueno, casi. Los ópalos no se consideran de mala suerte para todo el mundo. Se dice que solo las personas nacidas en octubre pueden lucir ópalos. Si bien la piedra natal de octubre es el ópalo, no son exclusivos de este grupo demográfico.

¿Y qué pasa con las personas que no nacieron en octubre? ¿Pueden usar ópalos? Exploremos por qué supuestamente existe un aura de mala suerte en quienes usan ópalos.

¿Quién inició el rumor de que los ópalos dan mala suerte?

¿Crees que los ópalos dan mala suerte, o es solo un disparate? Sea cierto o no, el rumor crea un estigma, y los rumores perjudican los negocios. Eso significa que alguien tuvo que inventarse la idea de que los ópalos traen mala suerte , aunque no lo creas. ¿Quién creó la historia de que los ópalos traen mala suerte y por qué lo hizo?

Entra en escena: la Corporación De Beers. No afirmamos categóricamente que la empresa haya originado el rumor, pero les presentaremos los hechos para que saquen sus propias conclusiones.

De Beers es una corporación diamantífera reconocida mundialmente. Como pionera del movimiento diamantífero, De Beers es prácticamente sinónimo de diamante. Al fin y al cabo, fueron ellos quienes acuñaron el famoso eslogan: «Un diamante es para siempre». La empresa no solo fabrica y distribuye joyería con diamantes a amantes de esta gema en todo el mundo, sino que también extrae diamantes.

De Beers ostenta un monopolio oficioso sobre el título de principal joyero de diamantes. Por ello, a menudo se le atribuye la historia de que los ópalos traen mala suerte. Cuando una corporación global respalda algo —sea cierto o falso— pocos dudan de su veracidad.

Por alguna razón, la gente no suele cuestionar la veracidad de que las grandes empresas sean las primeras en iniciar algo. En este caso, pocos verifican la posibilidad de que De Beers haya creado la historia de que los ópalos traen mala suerte… ¿Pero qué pasaría si les dijéramos que De Beers no es, en realidad, la autora de esta narrativa?

¡Así es! Contrario a la creencia popular, De Beers no tiene la culpa. Pero si no fueron ellos quienes iniciaron el rumor, ¿quién lo hizo?

¡Vamos a averiguarlo!

La verdadera historia de los ópalos como amuletos de mala suerte

A principios del siglo XIX, el autor Sir Walter Scott escribió un libro titulado «Ana de Geierstein». Quizás conozcas su obra, pues el autor goza de renombre mundial. Más allá de su fama, su novela fue la primera en introducir la idea de que los ópalos traen mala suerte. En resumen: el rumor es pura invención literaria y carece de fundamento.

No existen relatos verídicos que confirmen que los ópalos traen mala suerte. Desafortunadamente, la superstición persiste y, cuando una cultura reacciona a algo, tiende a arraigarse. La idea se extendió rápidamente y, hoy en día, mucha gente confunde la ficción con la realidad, a pesar de que se trataba de un mito inventado en 1829.

Un relato de dos autores

Tras la publicación de su libro, Sir Walter Scott provocó, prácticamente solo, un declive en las ventas de ópalos. No solo cayeron drásticamente, sino que los joyeros comenzaron a rebajar los precios con la esperanza de que la bajada reactivara el mercado. Los joyeros y vendedores de ópalos sufrieron grandes pérdidas económicas, ya que sus negocios se vieron mermados por la obra de un escritor tan querido.

En lugar de reconocer a De Beers como la creadora del rumor, Sir Walter Scott es el verdadero artífice de esta compleja historia. Solo que, a diferencia de las historias de ficción, el rumor del ópalo tuvo consecuencias reales.

Entonces, ¿caso cerrado? Bueno, Sir Walter Scott no fue el único en hablar de esta teoría antes que De Beers. En diciembre de 1874, otro autor respetable también escribió sobre el tema.

El famoso escritor Charles Dickens escribió un relato corto titulado «El anillo de ópalo». En él, Dickens presenta los ópalos como amuletos de mala suerte y explica cómo, según él, traen desgracias de por vida a sus dueños. ¿Se imaginan el daño que esta segunda obra literaria causó a la industria del ópalo? El relato de Dickens consolidó la idea de que los ópalos, sin duda, traen mala suerte.

En ese momento, dos autores influyentes consiguieron que su público se mantuviera lo más alejado posible de los ópalos. Y eso bastó para que la industria del ópalo colapsara por completo.

El renacimiento del ópalo

Parece terriblemente cruel que una gema tan majestuosa y apreciada sea víctima de rumores tan dañinos, ¡pero así es la historia! Si suena más extraño que la ficción, tienes razón. Este es un caso histórico donde la ficción dictó la realidad y, en un giro inesperado, dio como resultado una historia aún más sorprendente.

Hemos descartado a De Beers como principal sospechosa de haber originado el rumor, pero no deberían salir impunes. Al fin y al cabo, la empresa avivó las llamas para mantener vivo el rumor. En la segunda mitad del siglo XIX, unos mineros descubrieron ópalos en zonas rurales del interior australiano.

Un nuevo rumor se extendió: la tierra producía campos de hermosos ópalos negros.

Un hombre llamado Tullie Cornthwaite Wollaston se propuso descubrir estas curiosas gemas. Como australiano de nacimiento, conocía bien el terreno. Tras descubrir una gran cantidad de ópalos, Wollaston llevó sus tesoros a países europeos, comenzando por Inglaterra.

Al llegar a Londres, acabó encontrando la joyería De Beers, y a partir de ahí comenzó a hacer negocios con ellos. ¿Sorprendido? Como ya hemos dicho, ¡la historia es bastante desconcertante!

En resumen: dos autores escribieron libros afirmando que los ópalos daban mala suerte, la gente se asustó y dejó de comprar ópalos, luego aparecieron los ópalos negros en Australia, Wollaston se los vendió a De Beers (a pesar de toda la controversia sobre los ópalos) ¡y el resto es historia!

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